Rebeldía, Revolución, Innovación
Innovación, esa palabra tan socorrida en estos tiempos de boom tecnológico y social… o más acertado aún, ‘innovation‘: termino anglosajón que junto a otros como ‘startup‘, ‘IoT‘ o ‘crowdsourcing‘ parece marcar nuestro vocabulario colectivo y la linea informativa actual, que otrora se limitaba a avances con implicación real en el mundo industrial.
Y es que a estas alturas hay dos cosas evidentes: que la vida del siglo XXI se ve marcada por cientos de vertiginosas innovaciones tecnológicas, así como la premura con la que estas innovaciones se convierten en un estándar en el sector.
Tal y como introduce Tom Costello en la revista IT Proffesional, innovación deriva del verbo latín innovare o innovus; “en nuevo”. Por tanto, en su forma más primitiva, la innovación se refiere a hacer algo diferente. De modo que llevamos innovando desde el principio de la existencia humana. Desde la organización colectiva a la hora de cazar, hasta la invención de la rueda o la revolución industrial son ejemplos de los distintos tipos de innovación a lo largo de nuestra historia.
A través de estas serie de artículos, estudiaremos los distintos tipos de innovación, y para empezar nos centraremos en el quizás más evidente de ellos, el denominado ‘Product Performance‘, correspondiente con la invención anteriormente introducida de la rueda.
La rueda, la bombilla, el iPod… existen cientos de productos innovadores que han revolucionado las pautas de conducta de millones de personas. Sin embargo, resulta más interesante evitar un enfoque tan académico y global, por lo que abordaremos innovaciones que han revolucionado mi vida particular.
Y es que, en vez de hablar de cómo Facebook marcó una revolución en las relaciones ínter-personales, acudo a él para rebuscar entre los mas de 600 ‘Me Gusta‘ algunos de los productos que han marcado mi devenir en los últimos 7 años en los que cuento con presencia en esta red social. Explotando quizás la menos conocida de las características de Facebook, la de inventario de extrañezas o genialidades pasadas que uno encuentra en el mundo digital.
Y entre las cientos de aplicaciones que integran mi biblioteca de ‘Me Gusta‘, destaca una frente a las demás a la hora de revolucionar mis procesos cotidianos, estoy hablando de Transferwise.
Transferwise
Los últimos 4 años de mi vida los he pasado viviendo en el extranjero (Reino Unido, Alemania, Australia…). De modo que una de las prácticas más habituales en mi día a día era realizar transferencias entre mis distintas cuentas bancarias, con el tedioso, eterno y, dicho sea, injusto cambio de divisa correspondiente.
Llegados a este punto, ya han aparecido en el artículo dos de las tres palabras claves del titular: innovación y revolución. Es ahí donde aparece Tranferwise, un revolucionario sistema de transferencia de dinero nacido de la frustración, desencadenante de la rebeldía frente a los procesos bancarios tradicionales. Cualquier viajero que se preste conoce que enviar dinero al extranjero resulta caro a causa de las tarifas ocultas que todos nos hemos visto forzados a pagar. La mayoría de nosotros hemos llegado incluso a llevar divisa extranjera en un calcetín con un cambio sustancialmente menor al el que marca el mercado, prácticas que pretende revolucionar Transferwise.
Tal y como explican en su página web, Taavet Hinrikus y Kristo Käärmann eran dos amigos que creían que el destino del dinero es fluir libremente, circunstancia imposible por aquel entonces, en ausencia de una moneda mundial.
Taavet trabajaba para Skype en Estonia, por lo que su salario era en euros, pero vivía en Londres. Kristo trabajaba en Londres, pero tenía una hipoteca en euros en Estonia. Por lo que ambos diseñaron un esquema simple. Cada mes comprobaban el tipo de cambio medio de aquel día en Reuters para encontrar un tipo de cambio justo. Kristo depositaba libras en la cuenta bancaria de Taavet en Reino Unido y Taavet reponía la cuenta de su amigo con euros. Ambos obtenían la moneda que necesitaban y ninguno de los dos pagaba un céntimo en comisiones bancarias ocultas. Al identificar las necesidades de personas con su perfil, tuvieron la revelación que desencadenaría en Transferwise.
El ahorro de una transferencia a través de Tranferwise frente a un banco convencional es realmente significativo, ya que lo único que se paga con este innovador sistema es una comisión del 0,5% del total de dinero a enviar. A la vez que no se pierde dinero durante el cambio de divisas, ya que se aplica el cambio real del día. Eso se consigue gracias a que Transferwise no cambia dinero. Por ejemplo a mí me ingresaría los GPD que otra persona ha ingresado para hacer una transferencia y, a la vez, utilizará mis € para la transferencia de otra persona.
Y es que hoy, aprovechando que durante esta semana también abarcamos Network Innovation en el blog, Tranferwise es nuestro mejor ejemplo posible. Ya que su potencia reside en su red de usuarios, que hace posible realizar transferencias sin esperar más de un par de días. La maestría del sistema reside en no vender la red como producto, sino las características del servicio final. De este modo un usuario no tiene por qué conocer el funcionamiento interno de la transacción, sino beneficiarse de un substancial ahorro frente a los servicios bancarios tradicionales.
Tranferwise es un buen ejemplo de innovación del tipo ‘Product Performance‘, ya que éstas abordan al valor, características y calidad de la oferta, ofreciendo una mayor flexibilidad, rapidez, y calidad (en este caso rendimiento económico) que la competencia.
Tranferwise, se engloba dentro del fenómeno Fintech que promete mayor transparencia y menores costes para el mundo de las finanzas, canalizando esa frustración y rebeldía frente a la banca tradicional, poniendo en jaque al sector y forzándolo a reinventarse.
Tile
Por último, no puedo cerrar la entrada sin mencionar un interesante e innovador producto que anecdóticamente ha llegado a mi buzón mientras escribía estas lineas: el denominado Tile. Su uso es sencillo: al añadir el dispositivo a objetos como llaves, carteras o incluso bicicletas, evita el riesgo de perderlos. Y en caso de pérdida, mediante un smartphone con bluetooth, es posible identificar si el objeto está a menos de 20 metros, así como medir la distancia a él. Pero sobre todo, destaca frente a la competencia por ofrecer la característica revolucionaria de una vez marcado el objeto como perdido, poder obtener la localización GPS de éste si otro smartphone lo ha detectado a su alrededor. La verdad es que tiene un gran potencial y en cuanto lo pruebe hablaré sobre él. Por ahora os ofrezco el siguiente vídeo sobre su funcionamiento.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=ioioid3axeQ]
Libro de Referencia: Ten Types of Innovation : The Discipline of Building Breakthroughs (Larry Keeley) [+]
Autor: Jose J. Alonso
