¡Me lo quitan de las manos!

Innovar en el producto. ¿De qué estamos hablando?
Actualmente existen una gran cantidad de modelos de negocio, y una de las piezas fundamentales para un buen modelo consiste en tener claro cuál va a ser el valor que aportamos, así como la ventaja competitiva que tenemos con respecto al resto del mundo.
Dentro de las ventajas competitivas podemos encontrarnos con empresas que lideran en costes o con otras que son disruptivas, pero nosotros vamos a centrarnos en algo mucho más concreto, en la innovación de nuestra oferta gracias al desempeño del producto/servicio.

La innovación en el desempeño del producto o servicio nos aporta valor en lo que respecta a las características y calidad de la oferta de la compañía, y consiste en la creación de productos/servicios completamente nuevos o en la mejora y extensión de los ya existentes añadiendo más valor.
Todas estas innovaciones del producto/servicio pueden llegar a causar un impacto muy positivo en los clientes, consiguiendo como resultado un buen sitio en el sector del negocio. Por norma general, este tipo de innovación viene caracterizada por la simplificación, la sostenibilidad y la personalización del producto/servicio, proporcionando de esta forma, un uso fácil, que no perjudique ni dañe el entorno y que se ajuste a las especificaciones individuales de nuestros clientes.
¿Podrías desarrollar características únicas en un producto que cautive a los clientes ayudándoles a hacer más, de forma más rápida, segura, fácil y divertida?.
Algo muy importante a tener en cuenta consiste en que, sin lugar a dudas, este tipo de innovación es muy importante, pero que existen 9 tipos más de innovación siendo la del producto/servicio la más fácil de copiar por los competidores. Esto puede desembocar en una guerra de desarrollo de productos y funcionalidades entre las diferentes compañías del sector, dando como resultado que aquellas empresas cuya ventaja competitiva a largo plazo consiste en las innovaciones basadas en las prestaciones del producto sean, por norma, una rara excepción.
Como un caso de ejemplo de este tipo de innovación nos encontramos con los cascos de realidad virtual, siendo la realidad virtual un entorno simulado de apariencia real que tiene como objetivo conseguir en el usuario un alto nivel de inmersión.
La realidad virtual no es algo nuevo, sin ir más lejos ya podemos empezar a oír hablar de ella desde antes de los 50, pero no fue hasta la década de los 90 cuando empezaron a lanzarse los primeros productos comerciales. El principal problema residía en que el elevado coste de la tecnología, la incomodidad que producía su uso y la baja capacidad de refresco del entorno simulado terminaron por decantar esta iniciativa como un fracaso comercial.
No fué hasta el 2010, que Oculus VR (posteriormente comprada por Facebook en 2014), creó el primer prototipo de su casco de realidad virtual (Oculus Rift), saliendo la primera versión comercial en el 2016, seguida de varias versiones de competidores como sony y google en vista de la potencia y posibilidades que ofrecía este nuevo producto innovador.

Cristóbal Colón Ruiz
Referencias
- Larry Keeley (2013). Ten Types of Innovation: The Discipline of Building Breakthroughs