¿Sabes dónde reside el valor de una compañía?

Hoy en día nos encontramos inmersos en una sociedad que está en constante cambio (Ruiz de Arriaga Remirez 2011). El valor ya no está sólo en lo material. Está en las ideas, el diseño, el servicio o el marketing, propulsados por la mejora continua y la innovación (Kotler, Kartajaya and Setiawan, 2010). Los ejecutivos se enfrentan al difícil reto de mejorar continuamente el valor de negocio de su compañía (Duttra 2006). En este contexto resulta realmente crítico desarrollar las habilidades de la empresa para adquirir información, transformarla en conocimiento, incorporarlo a la empresa como aprendizaje, compartirlo rápidamente y usarlo (Ruiz de Arriaga Remirez 2011).

Imagina por un momento qué sucede cuando un empleado decide dejar de trabajar en una empresa. Todo lo aprendido se queda con él. La empresa, sin embargo,  si no cuenta con una forma de gestión del conocimiento generado, habrá perdido ese conocimiento ya que no habrá sido compartido. En este sentido, quien habrá aprendido es el empleado y no la empresa (Monchas 2015).

Pero, ¿por qué es importante que las organizaciones también aprendan? Es importante de la misma manera que las personas deben renovar, reponer y ampliar constantemente su conocimiento. Mejorar la capacidad para aprender, adaptar, y cambiar en una empresa se convierte en una competencia básica para la supervivencia. Hoy en día lo mediano nunca gana. Las empresas deben innovar o morir (Monchas 2015).

Desde que la economía basada en el valor del conocimiento se ha desarrollado, el método para crear valor en las firmas se ha transferido de los activos físicos tangibles al conocimiento intangible. Por ello, la valoración de activos intangibles se ha convertido en un tópico de interés muy extendido en el futuro de la economía (Tsai, Lu, Yen 2012).

El éxito de liderar compañías como Amazon, Google, Microsoft o Wal-Mart está basado en su capital intelectual. Los activos físicos como la distribución de almacenes, los edificios de oficina o tiendas, son importantes pero no tanto como, por ejemplo, el conocimiento de los clientes, tecnologías o mercados (Marr 2008).

Entender los factores críticos que afectan al valor de la empresa antes de tomar decisiones sobre inversiones y préstamos es muy importante sobre todo para investigadores y acreedores (Tsai, Lu, Yen 2012).

Estamos en una época en la que es esencial entender cómo las decisiones afectan a la creación de valor (Selby 2007).

Maria-Isabel Sánchez-Segura

Teresa Almandoz de la Fuente

REFERENCIAS

Ruiz de Arriaga Remirez, J. M. (2011). La importancia de la gestión del conocimiento y su impacto en la competitividad de las empresas.

Kotler, P., Kartajaya, H., & Setiawan, I. (2010). Marketing 3.0: from products to customers to the human spirit. John Wiley & Sons.

Dutta, S. (2007). Recognising the true value of software assets.

Monchas Torres, W. M. (2015). Construyendo una organización inteligente (Organizaciones que aprenden).

Tsai, C. F., Lu, Y. H., & Yen, D. C. (2012). Determinants of intangible assets value: The data mining approach. Knowledge-Based Systems, 31, 67-77.

Marr, B. (2008). Impacting future value: how to manage your intellectual capital.

Selby, R. W. (2007). Software engineering: Barry W. Boehm’s lifetime contributions to software development, management, and research (Vol. 69). John Wiley & Sons.

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